viernes, 8 de diciembre de 2023

¿Un esqueje?

De pequeña pasé una tarde entera esperando a que llegara la cigüeña a casa de mi madrina. Y no la vi pero el caso es que llegó. - ¡No puede ser! No le he quitado ojo a la puerta de la casa! - Mi madre estuvo al quite: - Ha entrado por detrás, por el corral.

Este episodio antiguo (tampoco tanto, vamos a ver) ha surgido de las profundidades de mis recuerdos y me ha dado una idea: ¡Haré lo mismo en ls puertas de los hospitales y, en cuanto vea una cigüeña rondando por allí, preguntaré: ¿niño o niña? . Si es niño ¡ya tendré al bisnieto de mi abuela! Y me habré quitado un peso de encima y asegurado para mi la Torre del Paseo Marítimo.

Esto lo comentaba con el árbol de la calle mientras esperaba que llegara el cristalero.

- Me parece que, entre los humanos, éstas cosas no se arreglan así. Yo puedo darte un esqueje mío... - Como bisnieto no me servirá, perdona que te diga. - ¿Por qué no? ¿acaso un bisnieto no es un esqueje de persona? Lo plantas y ya está. Solo que, en lugar de darle el biberón, hay que regarlo. Es la única diferencia que yo veo entre ambos.

No me acababa de convencer este razonamiento del árbol.

Metí a Pascualita en mi escote y nos tomamos unos chupitos de chinchón mientras la siesta empezaba a cantarnos una nana para que cayéramos bajo su embrujo... ¡Pero no pudo ser! el dichoso timbre sonó anunciando al cristalero.

Ahora está colocando el cristal de la cristalera. No sé que tal nos llevaremos porque lo he saludado y no ha dicho ni pío. Otro que no habla y está como espantado, es el cristalero. Y eso que parecía jovial cuando ha llegado pero ha sido sacarle el tema del bisnieto y se ha puesto a trabajar como si fuera a destajo. No creo haberle hablado mal al decirle: - ¿Sería tan amable de hacerme un bisnieto para mi abuela?

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