jueves, 21 de diciembre de 2023

Víspera del Sorteo de Navidad.

 La abuela me ha despertado muy temprano para preguntarme si llevaba décimos de Lotería de Navidad para mañana. - ¡Y yo qué sé! Estoy durmiendo. - "¡Míralo ahora! Aún tienes tiempo de ir a comprar" - Si... vaaale... zzzzzzzzzzzzzzzzzzzz 

La abuela es una fuerza de la Naturaleza cuando se le mete algo en la cabeza y no para hasta conseguir su propósito. Por eso ha llamado mil veces por teléfono pero no he contestado. Es más, he metido el teléfono dentro del armario bajo unas mantas y aún así, el timbre me taladraba el cerebro.

Una hora más tarde, ni los personajes de casa ni yo, aguantábamos más: - ¡Cógelo, jodía! - gritaban las bolas de polvo. Los comensales de la Santa Cena se taparon las orejas con las migas de pan duro de más de dos mil años de antigüedad que encontraron en la mesa. Para contrarrestar sonido, el árbol de la calle dejó de cantar villancicos para sumar su vozarrón al coro de bolas de polvo. La Cristalera se abría y cerraba histérica perdida. Pepe el jibarizado decía OOOOOOOOOOOOO en tono de fastidio. 

Estaba a punto de claudicar cuando escuché: - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Nena, coge el teléfono que están llamando!

- Dije - ¿Quién es? - a pesar de que lo sabía. - "¡Nena? ¿Has mirado lo que te he dicho? - 

Iba a contestar cuando la Cotilla, que llegaba de "limpiar" los cepillos de las iglesias, sacó una tira de décimos de Lotería del sorteo de Navidad de su bolso sin fondo. Nunca había visto que comprara tantos... - ¿Acaso sabe el número del Gordo? - ¡Ojalá! Me los he encontrado en el alcorque del árbol de la calle ¿Eso querrá decir algo, no crees? - Que alguien los ha perdido y ahora tendrá un buen disgusto - ¡Ya salió Pepa la Dramática! ¡Es una señal de que me va a tocar una millonada! - ¿Y a mi? Al fin y al cabo, usted vive en mi casa por la patilla... 

- "¡¡¡¿Qué dice la Cotilla de millonada, boba de Coria?!!!" (se desgañitaba la abuela a través del teléfono)

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