miércoles, 31 de julio de 2024

¿Y el término medio?

Juanito Calores está desatado. Se ha propuesto batirse récords a si mismo todos los días y, de momento lo está logrando.  Juanito Calores está en su salsa porque, encima, le han tocado los Juegos Olímpicos y está presente en todas las mentes del mundo cuando, al no poder más sueltan éstas jaculatorias: - ¡Nunca había echo tanto calor! - ¿A dónde vamos a llegar? - ¿Cuándo he sudado yo así? ¡Jamás de los jamases! - ¡Invierno ! ¿dónde estás? - Y así, hasta el infinito y más allá.

Para andar por España, Juanito Calores viste camisa de lunares y traje de lagarterana. Es una combinación muy, pero que muy, vanguardista. ¿Lo sabrá él? 

Mi primer abuelito apareció  sobre la lámpara del comedor abanicándose con alas de mariposas. - Nena, me vuelvo al Más Allá porque no aguanto este calor. Es como si hubieran abierto, de par en par, las puertas del Infierno. 

Un locutor de la tele entrevistó a Juanito Calores. - ¿No le parece que ya está bien? - ¡Que poco aguante tiene usted! Fíjese, voy a poner más alto el termostato ¡¡¡AHORA!!!

El sudor fluyó por todos los poros de la piel de quienes estábamos en casa. Incluso de los que no tenían nada parecido. Los fluidos, contentos de estar juntos, montaron una fiesta rociera en la mesa del comedor que, en un plis plás, quedó reducida a cenizas.

Esto enfadó muchísimo a Pascualita que, aunque de joven corrió todas las juergas habidas y por haber, ahora, en su madurez prefería la tranquilidad. De modo que, pillando por sorpresa a Juanito Calores y de un fuerte bufido, surgido de su garganta de millones de años, apagó la fuente de calor y... ¡el Invierno se nos vino encima descargando toneladas de nieve por el mundo!

martes, 30 de julio de 2024

Jopelines con la dichosa Ola.

La ola de calor anunciada en todos los telediarios, hoy nos ha dado de lleno. ¡Si hasta se ha fundido la nevera! No la luz, sino la nevera entera. Por casa y en dirección al balcón, se ha ido extendiendo un extraño monstruo de colores neutros, compuesto de hierros, estantes alargados como los relojes de Dalí. Tapers, botellas de refrescos, etc... Los helados, fundidos junto con sus envases, dieron colorido al mejunje. 

 A su paso desaparecían las bolas de polvo porque el magma neveril no le hacía ascos a nada.  Pompilio ha estado a punto de ser engullido. Menos mal que está acostumbrado a salir por pies para no ser descubierto por los dueños de los calcetines robados. 

Al llegar al balcón, el árbol de la calle ha mandado una rama a que catara semejante "cosa" -¡Es lo más rico que he probado en mi vida! (exclamó entusiasmada) - Y llegó la órden a través de la bocaza de madera, del árbol: - ¡Adelante con los faroles! ¡El camino es hacia abajo! ¡Hale hop!

Y la masa, encantada de ser tan bien recibida, no se hizo de rogar  y cayó con un ¡PLAF! trepidante, en el alcorque que, inmediatamente, se ahuecó y dejó pasar todo el "magma" hasta las raíces que dieron buena cuenta de él. Lo sé porque tiempo después sonó un estruendoso eructo seguido de un: ¡GRACIAS, NENA!

lunes, 29 de julio de 2024

Eso se avisa, Cotilla.

Escuché ésto: Te voy a cantar la canción más bonita del mundo...  Me dispuse a oirla y esto fue lo que sonó: ¡Tengo una vaca lecheraaaaa. No es una vaca cualquieraaaaaa...! y me dije que, para gustos, colores. Cosa que se reconcilió con el mundo entero.

Pascualita tiene los labios moraos, no de tanto sufrir sino que, para luchar contra el calor del verano tiene el agua de la pila de lavar del comedor llena de cubitos  de hielo. Se queda aletargada, baja su temperatura corporal y, como los osos en invierno, espera a que pasen los calores para volver a la vida.

La abuela ha llamado para ver cómo está su amiguita. - "Yo estoy fatal. Vendré a buscarla y se quedará conmigo hasta que mejore del asma. Haremos un intercambio: Andresito por Pascualita." - ¡No, no, no! Tu marido es muy pejiguero para comer. El señorito no quiere fabada de bote día sí, día no. - "No hay más que hablar"

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡¡¡que calooooooor!!! ¡Me derritooooo! - No caerá esa breva, Cotilla. - La vecina entró en la cocina, trasteó en la nevera y poco después gritó: - ¡¿Dónde está?! ¡¡¡¿DONDE ESTAAAAA?!!! - Salió de la cocina haciendo aspavientos y más enfadada que un  mono. - ¡¿Has sido tú, boba de Coria?! ¡Puse una cubitera llena de chinchón en el congelador para hacerlo on the rock y no está!

De pronto, Pascualita, que por arte de biribirloque, ya no estaba moribunda, empezó a tirarnos buchitos de agua envenenada por su saliva. Ahora, la Cotilla y yo parecemos modelos de Picasso. Tenemos oreja, nariz, ojos... ¡huy, que se ha salido uno de la órbita! Todo descomunal... 

A pesar del dolor fui consciente del rápido resucitar de la sirena gracias al chinchòn.

 

 

 

domingo, 28 de julio de 2024

No se me ocurre nada...

Teniendo en cuenta que me he quedado sin medallas por la Manoslargas de la Cotilla, es normal que quiera tomarme la revancha. 

Subida en el borde de la pila de lavar del comedor, Pascualita no me quitaba el ojo de encima mientras yo iba y venía de un extremo al otro del piso estrujándome el cerebro para ver qué jugarreta se me ocurría hacerle a la vecina que seguía viviendo en mi casa como si fuera suya.

Acabé pidíendo ayuda a mi primer abuelito: - ¡No me pidas eso, nena! Estoy en el lado bueno del Más Allá, por lo tanto no puedo participar en algo que ofenda a otra persona, a no ser que quiera ser trasladado al sótano de abajo. Y no es mi caso.

Desapareció de mi vista dejando tras de sí un montón de aros olímpicos revoloteando alrededor de su hermoso sudario de nieve blanca de las cumbres del Kilimanjaro. Fue Pepe el jibarizado quién me dio una idea al contarme una historia de su poblado:

- Era el guerrero más guapo y elegante de la tribu. Nadie llevó jamás unas plumas más sofisticadas en el pelo con tanta gracia como yo. Era un espectáculo verme andar como una gacela, pisando suavemente el polvo de la calle. Era feliz y eso es algo que se paga caro. Creí que no tenía enemigos ¡Ja! Me equivoque. Los pájaros, a los que había arrancado sus plumas más armoniosas y cantarinas, se aliaron contra mi, envidiosos de que me sentaran mejor que a ellos. ¡De eso se valió el jefe de la tribu vecina para capturarme, cocerme con patatas, comerme y dejando mi cabeza reduciéndose hasta quedar como ahora la ves!

Miré a Pepe y exclamé: - ¿Me sugieres que me coma a la Cotilla? Pero si es más vieja que San Antón y dura como un cinturón de piel de cocodrilo ¡Anda y que te zurzan, Pepito!

sábado, 27 de julio de 2024

Mi gozo en un pozo.

Me he pasado la noche ganando medallas olímpicas ¡de oro! He sido imbatible en cuantas pruebas he participado. Aquello era un no parar. La gente se preguntaba ¿de dónde sale esta atleta fabulosa que lo mismo corre, que nada, que salta... ¡Es completísima! decían los asombrados periodistas del mundo entero.

Nunca he disfrutado tanto. Al final, los organizadores de los Juegos se pusieron de acuerdo para no tener que hacer tantas ceremonias repetitivas. - A ésta súper atleta le daremos todas las medallas  juntas y nos ahorramos tener que poner y quitar podio va, podio viene. Yo estuve de acuerdo porque sería un hito histórico. Jamás había pasado una cosa igual.

De modo que el último día de las Olimpiadas se prepararon los jueces de las distintas pruebas para colgar de mi cuello medalla tras medalla. De repente uno dijo: - Opino que lo mejor sería fundir todas las medallas de oro y hacer una sola, grande, donde esté escrito el nombre de las  disciplinas ganadas. Reconozco que respiré aliviada porque ya me veía encorvada bajo el peso del oro olímpico.

Se votó la sugerencia y se procedió a abrir los estuches que guardaban las medallas y ¡Ostras, Pedrín! no había ni una. El ¡OOOOOOOOH, de sorpresa retumbó como un trueno por todo el Orbe terrestre. Aquello era el aperitivo del cataclismo que se avecinaba. La Tierra no aguantaría tanta frustración e iríamos de cabeza al Fin del Mundo.

Los volcanes, activados todos a la vez, dejaron oír sus potentes voces, justo antes de que  toneladas de lava desbordaran por sus cráteres, diciendo: ¡¡¡COTILLAAAAAAAAAAAAAA!!!

viernes, 26 de julio de 2024

¡Que manera de llover!

Si hay una cosa que me gusta son los Juegos Olímpicos y la ceremonia de apertura no me la suelo perder. A las 7 de la tarde estaba sentada frente al televisor, en la salita y junto a mi todos los personajes de casa... o casi todos.

- ¡¡¡Queremos ver los Juegos!!! ¡¡¡BUAAAAAAAAAA!!! - ¡Callar, leñe, que lo que no puede ser, no puede ser y además, es imposible. Pesadas! - ¡¡¡Quitanos los tornillos, boba de Coria!!! - Solo faltaría eso. Con la falta que os hacen jejejejeje - ¡¡¡Queremos ver...!!! - ¡¡¡A CALLAR, COÑE!!!

La Cristalera dando la nota es única, porque, encima, son dos latosas que no se aguantan pero, a la hora de conseguir algo, se juntan y actúan como si fueran una sola. Ahora quieren estar con todos nosotros en la salita pero van listas si creen que las voy a desmontar.

Lo de las barcas ha sido largo y para entretenernos apostaba con los personajes a ver que lancha pequeña se iba a pique primero. O a qué barcaza se le hundiría primero el suelo cuando los atletas, felices, saltaban de alegría.

De repente supe que tenía que hacer algo importante pero no sabía qué.

El árbol de la calle entró varias ramas por la ventana y así se enteraba y también los gorriones, de como iba transcurriendo la tarde. 

Pepe el jibarizado movió su ojo-catalejo hasta ver la pantalla de la tele. Durante el lento recorrido hasta dar con ella, me vio que estaba en babia: - OOOOOOOOOO ¡cierra la boca que te entrará una mosca! - Intento recordar qué es lo que tengo que hacer y no sé...

Ha ido pasando la tarde y el espectáculo y hemos aplaudido varias veces: ¡ ¡Mirad. Es Nadal! 

Al terminar la ceremonia fui a la cocina a por un vaso de agua. y fue ver el chorro y recordar: - ¡TENGO QUE DUCHARME!

jueves, 25 de julio de 2024

¡JODÍA COTILLA!

La Cotilla ha llegado a casa sudando a mares. - ¿A quién se le ocurre ir por la calle a éstas horas con el calor que hace? ¿Es que no escucha la tele? Le puede dar un golpe de calor y dejarla en el sitio. - ¿Y tiene que darme, precisamente a mi, boba de Coria? ¡Eres una agorera! No me extraña que sigas sin novio. Cuando la vecina tiene un cable cruzado lo mejor es pasar de ella pero es difícil.  

Se encerró en su cuarto dando tal portazo que hizo temblar las paredes. Y total, para nada, porque cinco minutos después ya estaba otra vez en el comedor blandiendo el índice, particularmente indicado para señalar al malo de la película, ante mi cara como si fuera un inquisidor.

- ¡Que te conste que sé que mi cartilla del banco la cogiste tú, alma de cántaro! - ¿Ahora me sale con esas? La única verdad es que apareció y acabó siendo devorada por los comensales de la Santa Cena que pasan más hambre que el perro de un ciego. - ¡Si no son de verdad, taruga! -¡No les pondría yo un dedo en la boca! 

- Pero, vamos a ver ¿por qué está tan enfadada? - A regañadientes, confesó que había ido a los periódicos de la ciudad a quejarse porque no habían sacado su foto, estando en la manifestación última, en portada: ¡Pero si usted es de las que se forra con los pisos turísticos porque, donde caben cinco o seis turistas, usted mete veinte! (me han dicho los plumillas) ¡Y mandarán un inspector a verificarlo!... Así que empieza a hacer sitio aquí. - ¿Para...? ¡Oh, no! ¡POR ENCIMA DE MI CADÁVER, COTILLA!

 

miércoles, 24 de julio de 2024

Cantos de sirena.

Pascualita está de los nervios. No sé si es por el calor o porque está hasta las narices de comer siempre lo mismo. 

Lo del calor se lo soluciono echado cubitos de hielo a la pila de lavar hasta que veo como su fea piel de ahogado se vuelve azul por el frío. Pero el cambio de comida es más difícil porque, en el puesto del mercado de Pere Garau donde compro su pienso, solo hay Pedro, Juan y Andrés. Sin embargo la sirena, pese a sus milenios, ha demostrado que puede valerse ella sola.

Esta tarde ha venido a casa el Jefe de los Municipales acompañado de Bedulio. El psiquiatra que lo trata quiere que vean (el y su acompañante) que, en mi casa, no hay fantasmas ni cosas raras. No le vi muy convencido pero estaba resignado a su suerte. 

El jefe me preguntó si había moros en la costa.. - Ya me entiende (dijo y me guiñó un ojo) - No sé si habrá llegado alguna patera... - Se puso muy serio: - ¿Está en ésta casa su señor abuelo? - ¿Se refiere al primero? - Sí. - No, no está. - Mi primer abuelito se partía de risa mientras daba vueltas, volando alrededor de la lámpara del comedor. - ¿Lo ve, Bedulio? ¡No hay fantasma que valga! - Así se tiraron un rato porque también se dirigieron al árbol de la calle... - ¡No habla, hombre de Dios! .De repente, una canción atrayente los envolvió con su melodía y se dejaron llevar ... hacia la pila de lavar del comedor. - ¡Oh, no! (pensé) ¡Se los quiere comer!

Como un rayo agarré a Pascualita del pelo-alga y la lancé contra la Cristalera que acababa de cerrarse.

Al cesar el canto de la sirena, los dos hombres volvieron en sí y no daban crédito al verse metidos en remojo en pila ajena: -  ¿Recordando los veranos de la niñez, chicos?

martes, 23 de julio de 2024

Juegos Olímpicos:

Al entrar en la salita he visto que una de las ramas del árbol de la calle, ha entrado por la ventana colocándose en primera fila frente al televisor. - ¿Qué haces aquí? - Guardar sitio al árbol para ver la apertura de los Juegos Olímpicos de París. - Pues con vosotros delante, los demás no veremos nada. - A mi, plín (soltó la rama, que era joven y pendenciera)

Salí al balcón para aclarar conceptos con el árbol de la calle. - ¿Quién es esa frescales que has mandado a coger sitio en la salita? - ¡Tronco de mi tronco y sabia de mis venas! - Que bien. Pues tanto gusto pero ésta es mi casa y la tele está para verla todos los que estamos aquí, en igualdad de condiciones. - Bueno, bueno, bueno... Ya se verá.

Presintiendo que iban a quedarse sin ver el Sena, los habitantes de casa lanzaron una protesta contra la invasión salvaje:. - ¡FUERA, FUERA, FUERA! 

Mientras tanto mi primer abuelito, secándose una lágrima emocionada, lanzó un suspiro (de España) - Nunca me acostumbraré a ver las Olimpiadas desde los lugares más inverosímiles, nena. Recuerdo que, antes de venir al Más Allá, tu abuela llenaba la casa de gente a quien yo tenía que atender como si fuera un camarero, lo que siempre me impedía ver la inauguración completa. Ahora es distinto. Oscar de la Renta y sus compañeros, trabajan en los maravillosos sudarios, dos para cada día, que estrenaré durante los Juegos. Me gustaría ir con la Momia ¡que gran mujer! - Otra lágrima descendió por las facciones de mi primer abuelito hasta estrellarse contra el suelo del comedor y soltar otro de sus sonoros suspiros (de España)

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! - ¿Verá la Inauguración, Cotilla? - No podré. Me debo a mi público, nena. Los cepillos de las iglesias son como las vacas: hay que ordeñarlas a diario.

- Buena noches, abuelito... - Buenas noches , nena...

lunes, 22 de julio de 2024

¡No hay guiris en Palma!

- OOOOOOOOOOOOOOOO ¿Cuántos estuvisteis ayer en la calle? (preguntó Pepe el jibarizado) - ¡Ciento y la madre! (contesté entusiasmada) - ¿Espero que me hayan contado también a mi? ( Pompilio llevaba rato intentando llamar mi atención) La verdad es que fue un soberano fracaso... ¡Ni la madre de los cientos llevaba calcetines! Lo que yo os diga ¡fue un fracaso!

 - ¡Si 20.000 personas en la calle no es un éxito rotundo pues apaga y vámonos - Mi primer abuelito flotaba a dos palmos sobre mi cabeza y repetía frases de los carteles y pancartas que se usaron en la manifestación: Por ejemplo, una muy mallorquina que decía: ¡No venguis! Ja te diré coses.

Pascualita, enfadada porque no la llevé a la Manifestación, me tiraba buchitos de agua con muy mala idea. De repente me entró la risa floja, cosa que la enfureció más pensando que me reía de ella pero no. Mientras el gentío seguía pasando, me senté en una terraza de la Plaza Mayor a tomarme un laccao fresquito cuando se me acercó un periodista ¡Ostras, que ilusión! voy a salir en la tele... (me dije) 

- Mientras me preguntaba si hablaba inglés... - ¡YES! - y francés... - OUI -  Antes de que continuara con la lista de los idiomas europeos, me adelanté y dije: - y español y mallorquín y... - ¡¡¡OH, NOOOOOO!!! gritó, desesperado y sudando como un pollo: - ¡Mi buscar guiris! Mi querer saber qué pensar ellos pero ... ¡¡¡NO HABER GUIRIS EN PALMA!!!  ¡¡¡MI NO ENCONTRAR!!! 

Le dejé llorando en un rincón mientras saboreaba mi laccao con la misma tranquilidad que cuando era pequeña.

 

domingo, 21 de julio de 2024

MMT = Manifestación contra la Masificación del Turismo.

Al llegar a casa del trabajo los personajes discutían entre ellos. era tal el guirigay que tenían montado que no entendí nada. 

La Cotilla, que había vuelto a las andadas después de la pérdida de su cartilla del banco, llegó del trapicheo echa un basilisco: - ¡Que pesadilla! Hay guiris hasta en la sopa. Ya no se puede caminar por la calle! ¿Tú qué opinas? (me preguntó) - ¡Y yo qué sé! No me entero de lo que pasa con tanto jaleo - ¿Yo armo  jaleo? (estaba atónita la vecina) - Entonces, como por arte de mágia, pasó un ángel y se hizo el silencio más absoluto. Pero no me sirvió de nada porque nadie decía ésta boca es mía.

Me marché a rumiar la empanada mental que tengo al vivir en tres estratos diferentes  de la realidad. - Cuando volví a casa la Cotilla cantaba aquello de ¡Moni, moni, moni...! 

Abrí la nevera y ¡estaba llena de guiris! Al verme me preguntaron por el piso turístico e ilegal de la Cotilla que seguía cantando: ¡Moni, moni, moni...

El árbol de la calle gritaba: ¡Me atacan los guiris! ¡Fuera, fuera! - Las ramas estaban atestadas de turistas beodos que se tiraban de cabeza al vacío. Por eso, los gorriones no tuvieron más remedio que emigrar lejos de sus hogares.

Fui a la playa abuscar agua de mar para la pila de lavar del comedor, de Pascualita y apenas pude llenar una garrafa. La costa se convirtió en una muralla de hoteles que no dejaban ver el mar. Abrías un cajón y salían guiris. El aeropuerto vomitaba guiris y se construyeron más pistas para tantos aviones. La isla se convirtió en un sinfín de carreteras para los coches de alquiler que se multiplicaron y hubo que hacer más carreteras lo que obligó a traer más coches... Aaaayyyy... 

- Nena..., despierta. Estás teniendo una pesadilla. - Me abracé al ánima de mi primer abuelito: -- ¡Uf, menos mal! Pero, esta tarde, voy a la Manifestación contra la Masificación del Turismo ¡Anda que no!

sábado, 20 de julio de 2024

Bedulio tiene estrés.

He llamado a Bedulio. - Ven a mi casa ¡Es urgente! - Ni harto de vino. 

El Municipal tiene la memoria larga para según que cosas. Piensa que el alma de mi primer abuelito le saldrá en cuanto entre en casa. ¿Por qué le dará tanto miedo si no lo ha visto nunca? - Quiero denunciar a la Cotilla. Me ha agredido. ¡Tengo marcados sus cinco dedos!

No pude convencerlo. Lo máximo que aceptó es que fuese yo a denunciarla al cuartel. - No tengo tiempo. Te lo digo por teléfono. Lo anotas en tu libreta de denuncias y ya está. - No pareció muy convencido. Lo estuvo pensando y luego, a regañadientes, dijo: - ... vale.

Entonces procedí a explicarle lo que había motivado el tortazo desde el momento en que encontramos su libreta del banco. Menos a Pascualita, a quien no nombre por ser el último especímen de sirena viva en el mundo, los demás fueron nombrados en mayor o menor medida según su participación en la historia.

Paré de hablar un momento para tomar aire y un trago de agua... Me pareció escuchar sollozos. - ¿Bedulio?... ¿Lo has anotado todo o quieres que te lo repita? - ¡¡¡BUUUAAAAA!!! - Bedulio lloraba como una Magdalena. - Pues sí que te estresa tu trabajo. 

Esperé un tiempo prudencial de dos minutos y proseguí la historia: - ...los comensales del cuadro de la Santa Cena... - En ese momento se desbordaron las lágrimas a través del teléfono. El caudal siguió su curso natural saliendo por el balcón y precipitándose a la calle. Las raíces del árbol bailaron alegres sevillanas al dejar atrás la sequía de estos días de calor. Lo mismo que unos pocos peatones, sobre los que también cayó la ducha lacrimal, se marcaron un zapateado ¡Y olé!

 

viernes, 19 de julio de 2024

¡Descubierto!

La Cotilla anda por casa como pollo sin cabeza. De vez en cuando suelta unos suspiros que nos dejan sin aire. Da tres pasos y se para, pensativa. A veces habla: - ¿Dónde estará mi cartilla? - No sale de trapicheo por la noche, ni a "limpiar" los cepillos de las iglesias de buena mañana. Y lo que es peor: ¡no come la fabada de bote como hacía antes!

Llamé a la abuela: - Ven a animarla porque está de capa caída. - "¿Seguro que no sabes nada de su cartilla?" - Me dio la risa floja como siempre que me adivinan el pensamiento: - jejejeje ¡noooo! jejejeje... - "¡¿NENAAAAA?!"

Las dos caras de la Cristalera del balcón se enzarzaron en una pelea barriobajera a cuenta de una palabra que apareció escrita en una de ellas: - COMIDA. - ¿Quién ha sido? (pregunté) - Nadie, por supuesto. 

Más tarde "alguien" escribió: - CENA - Esta vez vi cómo se iban formando las letras en el cristal y, mientras las "caras" seguían a la gresca escuché una risa familiar: - ¡¿Abuelito?! - ¿Sí, nena? - ¿Te estás chivando? - Noooo. Solo me divierto... - ¡TE ESTAS CHIVANDO!

Mi primer abuelito está muy arrepentido: - Solo... snif... era un... snif... juego... snif... - La Cotilla no es tonta y pronto adivinará que su cartilla está en la tripa de los comensales de  la Santa Cena y armará de la San Quintín. - ¡¡¡CLACA!!! Menudo bofetón. La Cotilla lo había adivinado y lanzó el brazo XXL contra mi cara.

Me culpa de lo que no he echo porque no quiere creer la verdad: - ¡Mire el cuadro de la Santa Cena, coñe y las caras de satisfacción de los comensales ¡porque han comido sin ser Semana Santa!


 

jueves, 18 de julio de 2024

Poner la oreja.

 Por supuesto, la escoba no barrió. Pues buena es ella. Aunque la Cotilla no se enteró porque permaneció encerrada unos cuantos días. Me acerqué varias veces a la puerta a poner la oreja y pude escuchar cuchicheos. Unas veces acelerados, otras rabiosos. También la escuché lloriquear... - ¿Cotilla está bien? - Nunca lo supe porque me daba la callada por respuesta.

Lo encontré de muy mala educación y así lo conté a los personajes de casa. Hubo división de opiniones sobre lo que yo debía hacer... o no, en éstos casos. Al final me decanté por el consejo de Pepe el jibarizado. La cabeza hueca fue la más razonable de todos.

- ¡OOOOOOOOOOOOOOOO! Pasa de ella (me dijo) OOOOOOOOO y aprovecha para darle un bisnieto a tu abuela o acabarás sin la Torre del Paseo Marítimo.

La costumbre de pegar la oreja a la puerta se extendió rápido entre los personajes. La más asídua fue Pascualita. Pronto entendimos lo que decían los murmullos: - ¿Dónde está?¿dónde está?¿dónde está?...  ¡Ay, que me da algo, algo, algo. Me da algooo, tralará! ¡Mi cartilla.micartillamicartillamicartillaaaaaaaaa!...

El árbol de la calle se quejó amargamente. - ¡No escucho nadaaaa! Nena, dile a la Cotilla que hable más fuerte ¡Aaaayyyy, que desgraciadito soy y que poquito me quejoooooo!

Las peleas por los mejores sitios para poner la oreja eran constantes. Y fue el comensal de la Santa Cena, famoso por sus treinta monedas, quien puso paz y las triplicó poniendo entradas numeradas, a la venta. Hasta yo debo hacer cola y pagar... ¡en mi casa!



 

miércoles, 17 de julio de 2024

Su gozo en un pozo.

La Cotilla está todo el día mano sobre mano... En realidad esto es una figura retórica porque, al no ser los brazos de la misma medida no queda la cosa muy armóniosa. 

Yo acabaré de los nervios porque los ojos de la Cotilla son dos periscopios que no dejan de inspeccionar cada rincón. Y con el veredicto llega la sentencia: - No te da vergüenza tener la casa llena de bolas de polvo. Anda, barre bien debajo de los muebles.

- ¡Oh, no (me dije) buena se pondrá la escoba cuando le pida que haga horas extras, porque su jornada laboral acabó hace mucho rato.

- ¡Que no, que no y que no! Explícale a la Cotilla el por qué de mi negativa y te comprenderá. - ¡JA! Ni harta de vino - ¡Pues no romperé el Convenio Laboral aunque me lo pida el Papa! -

De repente ¡PLAF! ¡Una colleja Made in abuela! - ¡Cotilla! - Llevas media hora en babia ¿Qué pasa? ¿Tengo que ir yo a por la escoba? - Alargó el brazo en toda su extensión y antes de tocar el palo la vecina recibió un escobazo digno de pasar a los libros de Historia. - ¡¡¡LOCA, MAS QUE LOCA!!! (me gritó mientras corría a encerrarse en su cuarto)

Después de la tormenta llega la calma y fue entonces cuando escuché a los comensales de la Santa Cena hablando entre ellos de montar un Sindicato en cuyo estatuto figure que sus sindicalistas tienen que comer, al menos, una vez a la semana... - Inocentemente pregunté: - ¿Tenéis presupuesto... ? - Se hizo el silencio.

martes, 16 de julio de 2024

Angelito...

Estaba yo de cháchara con el árbol de la calle cuando mi primer abuelito apareció sobre una rama para decirme: - Mira, nena. En ese taxi llega la Cotilla. 

No me lo podía creer ¡La Cotilla en taxi! Con lo que le cuesta soltar un euro. El coche aparcó debajo de casa, se abrió la puerta y la vecina salió dando gritos, aunque el taxista no se quedaba corto: - ... ¡Robándole a una vieja! ¡Sinvergüenza! Toma cinco euros y vas que chutas.

A través de la puerta abierta del coche salían sapos y culebras contra la Cotilla. Lo siguiente en salir fue el taxista que, como un miura enfurecido, se fue a por ella. Yo cerré los ojos para no ver el ataque que no pintaba bien para la vecina: - ¡Ay, ay, ay...! 

El comentario del árbol de la calle hizo que los abriera: - Ya me extrañaba a mi que no se saliera con la suya. 

La embestida del miura-taxista se vio detenida por un brazo, que aunque había perdido longitud al paso de los días, seguía teniendo aún sus buenos dos metros y medio de pura fibra. El hombre, pálido y desencajado, dio media vuelta, se metió en el coche y salió como una exhalación, a pesar de que la Cotilla le mostraba el billete de cinco euros.

Antes de entrar en la finca me vio asomada al balcón: - ¡No me ha querido cobrar!



 

lunes, 15 de julio de 2024

Adiós, cartilla.

Puse el tendedero en el balcón y con ayuda de dos pinzas de la ropa, tendí la cartilla del banco de la Cotilla. Debía aprovechar que seguía en el hospital para dejarla lo más restaurada posible.

A media mañana el rolls royce de los abuelitos aparcó en la parada del bus. - ¡¿Pero es que no hay otro sitio para dejar el coche?! (le gritó a GeooorgeBrexit el chófer de autobús) - Sorry. Mi no comprender españolo (dijo con toda su flema británica el mayordomo inglés) 

La sangre no llegó al río porque Geooorge tomó las de Villadiego y entró en el portal de casa, cargado de paquetes, antes de que el otro lo alcanzara. En la puerta de la finca se estrellaron los insultos, palabrotas y gritos de aquel buen hombre que tenía más razón que un santo.

- El día que te pille el chófer te dará un 4 - 0... ¡Huy! en que estaría yo pensando jajajajajaja

Se encerró en la cocina. - ¿Vas a hacer paella? - Madame decir yes. - ¡No le eches té, jodío!

El resto de la mañana estuve planchando, hoja por hoja, la dichosa cartilla. A un palmo sobre la tabla de planchar, mi primer abuelito no le quitaba ojo a mi trabajo. - No queda bien, nena... - Ya lo veo. Se nota que ha estado un tiempo en remojo. 

De repente, Pascualita, auto declarada dueña de la cartilla de la Cotilla, saltó hacia ella, la cogió con los dientes de tiburón y se dispuso a regresar de un salto a la pila de lavar pero... no llegó porque  le di un revés con el Hola y se empotró en el cuadro de la Santa Cena. Y antes, de que se repusiera del fuerte sopapo, los comensales, que siempre están caninos, ya habían dado buena cuenta de la cartilla sin, ni siquiera acompañarla con un poco de mayonesa

 

domingo, 14 de julio de 2024

Ya falta menos.

 Pascualita vigila noche y día su hábitat: la pila de lavar del comedor. Tal vez tema que alguien le quite la libreta del banco de la Cotilla, que considera suya. Esta mañana he tirado unos cuantos cubitos de hielo al agua de mar para refrescarla y me ha enseñado su dentadura de tiburón.

El pleno de personajes de casa hemos tratado el tema de la libreta. Hay que dársela a la Cotilla pero a ver quién es el guapo, o guapa, que mete la mano en la pila. Yo no, desde luego.

Después de mucho pensar y discutir no salió ningún voluntario. Pepe el jibarizado nos dio la solución al decir: OOOOOOOOOOOOOOOOOO:  Solo hay una persona en éste mundo que sea capaz: el señor Li. Naturalmente, engañándole... un poquito. Así que fui a su tienda y le dije que me habían regalado unas cuantas gambas gordas. De esas que tanto le gustan. El señor Li se emocionó: - ¡Tu plepalal gambas goldas al ajillo pala mi! - Con mucho gusto pero hay un problema: Me da miedo cogerlas. ¡Mucho miedo! 

Sonrió de oreja a oreja y dijo: - Vamos a tu casa, boba de Colia,

Antes de llegar ya se había arremangado. En el comedor hizo una paradiña y metió el brazo en agua de mar, hasta el sobaco gritando: - ¡BANZAI! - y lo sacó con el barco hundido en la mano. - ¿Qué sel esto, nena? - Parece un barco hundido... (dije mientras se lo arrebataba y él volvía a meter la mano) Entonces fue cuando retumbó el edificio entero: ¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAY!!!

 Ahora son dos los pacientes ingresados en el hospital con coma etílico... y un brazo larguísimo, cosa que los está haciendo famosos en el mundo entero porque los visitan y estudian los más grandes sabios de la actualidad.

Y a mi plín porque tengo en mi poder la cartilla del banco, de la Cotilla... sin que la sirena lo sospeche.

sábado, 13 de julio de 2024

Estará buena la libreta.

El ¡Avemariapurísimaaaaaaa! de la Cotilla sonó como un grito de guerra cuando entró en casa igual que un elefante en una cacharrería: arrasándolo todo.

- ¡¿Pero qué demonios hace?! - La Cotilla abría cajones y desparramaba su contenido por el suelo. Lo miró todo. Lo tiró todo. Resoplaba como el tren de Chinchilla subiendo una cuesta.

Cuando, por fin, extenuada, sudorosa, llorosa... paró de golpe, gritó: ¡¡¡QUIERO MI LIBRETAAAAA!!!

Me dio un ataque de nervios. Las piernas decidieron bailar un zapateado según su real saber y entender. Recorrí toda la casa haciendo ¡Tacatacatacatacatacata ...! - Menos mal que no tengo vecinos debajo (pensé en pleno frenesí)

El árbol de la calle sentenció: - Cuéntale la verdad, boba de Coria. - También Pepe el jibarizado fue de la misma opinión: - OOOOOOOOOOOOOOOO -  Los comensales de la Santa Cena les dieron la razón. Poco a poco, todos los personajes estuvieron de acuerdo. La única que no lo estaba era yo. - ¡Me matará! Además ¿por qué estaba la libreta por en medio? - Ahí me dieron la razón. 

La Cotilla carraspeó: - ¿Con quién hablas? - Con... esto... hum... - ¿Sabes algo de mi libreta del banco? - No sabía que tenía una... - ¿Qué has echo con ella? - ¿Yo... ? - Se me pusieron los pelos de punta al ver los ojos de la vecina inyectados en sangre: - Aayy Deu mevet... - ¡¡¡CONTESTA!!! - Temblando como una hoja en la tormenta señalé la pila de lavar del comedor. - ¿Ahí? 

Como una posesa, metió el brazo hasta el sobaco en el agua de mar e inmediatamente sintió el mordisco de Pascualita defendiendo su territorio.

La Cotilla está en coma etílico. Se bebió una botella de chinchón hasta la última gota para no sentir dolor... Cuando despierte no reconocerá su brazo que ahora ocupa la habitación del hospital y el pasillo hasta el ascensor. Es el efecto de la saliva venenosa de la sirena...

viernes, 12 de julio de 2024

No hay novedades.

Estuve pendiente de las reacciones de la Cotilla y no se salieron de lo normal. La mujer fue a lo suyo como todos los días. Por la tarde montó en la salita un altar para los Amigos de lo Ajeno donde no faltaron las velas, velitas y velones que suele traer de las iglesias donde "límpia" los cepillos.

Tuve la tradicional discusión cuando empezó a encenderlas: - ¡Un día montará tal falla que, incluso saldremos en los periódicos! - Deja ya de remugar ¿No ves que lo hago por tu bien, boba de Coria? Así vendrán los bomberos cachas y sin moverte de tu casa, podrás elegir al futuro padre del bisnieto de tu abuela. - ¡Que cuajo tiene

Los bomberos vinieron igualmente porque alguien, al ver la luminaria que salía por la ventana, los llamó. Al agua de la manguera que metieron en casa, no le dio tiempo a salir por el balcón hacia la calle porque a la Fregona, deslumbrada por aquellos mocetones enfundados en sus uniformes, le faltó tiempo para ponerse a recogerla con un brío nunca visto. 

Cada vez que un cubo se llenaba, la Escoba lo vaciaba a la calle. Forman un buen tádem las COFRE y fueron muy aplaudidas por los bomberos. No así por Bedulio que estaba en la acera, presto a intervenir como autoridad, si hacía falta, y sobre quien cayó toda el agua que se sacó de casa.

Hecho una sopa llamó a casa, bloc de multas en ristre y más enfadado que un mono. - ¡Se te va a caer el pelo por echar agua sucia sobre una autoridad. - ¡Yo no he sido! - ¿Quién entonces?... ¿Tu... abue... lito? - ¡No, no! Esta vez ha sido la Escoba.

Más tarde la Cotilla me comentó: - Pobre Bedulio. Han vuelto a ponerle la camisa de fuerza...

 

jueves, 11 de julio de 2024

¿Qué va a pasar? ¡Y yo que sé!

He pillado a Pascualita abanicándose, como si no hubiera un mañana, con mi libreta de banco. - ¡¿Pero, pero, pero...?! - De un tirón se la arranqué de las manos. - ¡Esto no se toca, jodía! Es algo muy personal y ... Un momento...

Por las cantidades escritas bien pudiera ser del señor Li .. o de mis abuelitos. Incluso de GeoooorgeBrexit el mayordomo que, desde que ideó las paellas echas con té, su caché ha subido como la espuma. Y, sobretodo ¿cómo ha llegado a mi casa? Esto es cosa de la Cotilla. Al paso que va, acabará en la cárcel.

Busqué la primera página de la libreta y ahí estaba el nombre y demás datos de... ¡¡¡LA COTILLA!!!

Pero si tiene ¡millones! ¡Y va diciendo por ahí que no le llega la paga hasta fin de mes!

Mi primer abuelito amerrizó en el agua de la pila de lavar del comedor - ¡Ay, que a gustito se está aquí! (suspiró) - Tuve una corazonada: - ¡Tu lo sabías! (le acusé) - Sí, claro. - Y no me dijiste nada. - Porque no te lo puedo dar todo mascado, nena. Nos lo tienen prohibido. Un alma debe salvarse por sí misma. No les gusta el favoritismo a los Jefes.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaa! - ¡Oh, noooo. La Cotillaaaaaaaaaaa! 

Con su libreta en mis manos me sentí carne de presidio. Con los nervios a flor de piel y sin saber qué hacer, un tic en mi mano derecha solventó el entuerto: la libreta salió volando, cayó en la pila de lavar del comedor y desapareció, llevada por la sirena, dentro del barco hundido...

 

miércoles, 10 de julio de 2024

El árbol "SOLO, tenía calor.

En torno al árbol de la calle se ha reunido un gentío con los brazos en alto, móviles en ristre fotografiando el meneo de sus ramas que, sin ser movidas por el viento, giran como las aspas de un ventilador.

- Este fenómeno tan curioso (dijo el sabio Salomón de turno)  es debido a la influencia de Venus. - ¿Qué Venus? ¿esa tía buena sin brazos que es más fría que un mármol, o la patria de los venusianos, llamado el planeta rebelde porque gira al revés que los demás? (ahí estaba el aguafiestas de turno)

Me asomé al balcón Y fui increpada por los de abajo: - ¡Esa es la que mueve las ramas! ¡Te hemos pillado, boba de Coria! - Pascualita, desde mi escote, escupió saliva envenenada sobre el gentío. Pronto empezaron los alaridos: - ¡AAAAYYYYY QUE DOLOOOOOOOR MÁS BESTIAAAA!  Como por arte de mágia narices, orejas y cualquier otro sitio tocado por el veneno de sirena, se desarrolló exageradamente y de manera rápida. La sirena del coche de los Municipales puso música al drama.

Sonó el frenazo. se abrieron las puertas y salió el chófer... - ¿Eso es todo lo que manda el Ayuntamiento? (se preguntó el vecindario) - Luego llegó la exclamación - ¡BEDULIO NO QUIERE SALIR DEL COCHE NI  HARTO DE VINO! - ¡¡¡QUE NO QUIERO, LEÑE!!! ¡¡¡QUE ESTÁ SU ABUELITOOOOOOO!!!


 

martes, 9 de julio de 2024

Dichoso fútbol.

He sido despertada de la siesta bruscamente. - ¡¿Quién ha sido?! - Por supuesto no dio la cara el valiente o "valienta" Del cuadro de la Santa Cena salían risitas que me supieron a cuerno quemado. Pero la cosa no quedó ahí porque las risas se extendieron por los cuatro puntos cardinales.

- ¡Pero, bueno...! Por lo que veo alguien quiere dormir ésta noche en el camión de la basura.

Las risas se acrecentaron porque a ellas se unieron las del árbol de la calle: - ¡Hoy no recogen los trastos JOJOJOJOJOJOJO! 

Tiré de móvil y una amenaza debió ver el árbol en mi cara porque gritó: ¿No llamaras a los de Parques y Jardines por una gracieta, verdad nena?

En el comedor, mi primer abuelito hablaba con la Escoba: - Que poca correa tiene tu nieta. Se nota que se hace mayor y su arroz está apunto de pasarse... - Si, pobrecita... ¿Qué harías tú? - Darle unos buenos escobazos para que reaccione y se ponga a la labor de hacer el dichoso bisnieto para su abuela... - ¡Y para mi! - Tienes razón.

Me preparé un cola cao fresquito que me quitó el mal humor al segundo sorbo. Y me relajé.

Poco a poco fue transcurriendo la tarde mientras veía programas de la tele sin hacerles mucho caso. De repente, Pascualita, de un salto se coló en mi escote: - ¡Estás mojada, jodía! - El árbol de la calle metió varias ramas en casa a través de la Cristalera del balcón. - ¡Hey, ¿qué confianzas son éstas? - Entonces me di cuenta de que todos, incluido mi primer abuelito, estaban mirando, no a la tele sino a mi. Pepe el jibarizado clamaba por estar con nosotros y la Fregona cargó con él. 

- ¿Qué queréis? - Me di por enterada cuando un balón de fútbol salió de la pantalla y se estrelló contra un altar para los Amigos de la Ajeno preparado por la Cotilla. En cuanto puse la primera Cadena, los personajes dejaron de mirarme... y cantaron ¡Gol de España!


 

 

lunes, 8 de julio de 2024

¡¡¡FELICIDADES, CINCUENTONES!!!

 Pascualita está de los nervios viendo como engalanamos la casa. Todo el mundo ayuda a la decoración de sus posesiones y, sin embargo, su zona de confort (la pila de lavar del comedor) está como siempre. Sosa.

Mi primer abuelito se ha presentado preguntándome que a qué viene esto. - ¿Ya has encontrado novio, nena? - Todavía no... - Y entonces ¿todo ésto? - Celebraremos unos cumpleaños. - ¡¿El de tu abuela?! jajajajajajaja ¿Y cuántas velas vas a poner? Porque eso es TOP SECRET. - No se me ocurriría ¡No quiero morir joven! jajajajajajaja 

Mi primer abuelito dejó escapar un sentido suspiro y una lágrima rodó por sus mejillas por la juventud perdida antes de tiempo. - ¡Huy, perdón! - Bah, nena. No te preocupes. Soy un sentimental ... 

La seda salvaje rojo fuego de la que estaba hecho su sudario, crujió mientras se iluminaba su cara a la luz de la lumbre. - Pascualita está contenta de que te hayas acordado de su cumpleaños. - No sabía que hoy... ¿Seguro que es hoy? - Si ella lo dice... ¿Cuántas velas pondrás en la tarta? - Mucho me temo que no hay en todo el mundo la cantidad suficiente de velas para tantos milenios. - La Cotilla siempre tiene... 

Sentada en el borde de la pila de lavar, la sirena escuchaba nuestra conversación. 

- Tendrías que pegarle fuego a bosques enteros... - Eso no está bien. - Tienes razón pero será dolorosa su decepción. - Las penas con chocolate son menos ¿no crees, abuelito? -¡¡¡TOTALMENTE!!! 

Más tarde todos dimos buena cuenta de unas tartas de chocolate.

sábado, 6 de julio de 2024

El Yin y el Yan.

Toda la noche se han escuchado sollozos en el barrio. Los más desesperados por no haber podido pegar ojo, aseguran que, quien fuera que lloraba, lo hacía en chino. Uno de ellos ha sido el árbol de la calle. - Fastidia ¿eh?! (le dije) Espero que aprendas y no cantes las Mañanitas cuando aún son las tres de la madrugada.

- ¿Y cuándo quieres que las cante? ¿A mediodía? 

El árbol y bastantes vecinos, tenían unas ojeras tan grandes que se las iban pisando. Fue la Cotilla quien me lo dijo cuando volvió de sus trapicheos nocturnos. - Afortunadamente ésta noche estaba en un barrio más lejano -  Se echó una mirada en el espejo. Sonrió y dándose un pellizquito en la mejilla, exclamó: ¡Tersa como siempre! (y lanzó un besito al espejo) 

Todo ello me llevó a preguntarle: - ¿Ya ha desayunado, Cotilla? - Poca cosa: unos chinchones on the rocks con ensaimada. - Se nota...

Unas potentes carcajadas sonaron de parte a parte del barrio ¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!! - Los balcones se llenaron de vecin@s deseosos de saber a santo de qué venía eso.

Fue Pepe el jibarizado quién me puso al corriente y mi primer abuelito, tradujo: - OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

- Dice que qué bien no haber comprado 6.000 litros de cerveza... - ¿Quién? - El señor Li... - ¿Por que? - Perdió Alemania el partido de fútbol... - ¿Y? - A sus hinchas se les quitó la sed ¡de golpe!

viernes, 5 de julio de 2024

¿Será por cerveza?

De la calle subió un Rumor al que cogí por el cuello para que me contara, con pelos y señales, de qué iba la cosa. Que son muy tunos. De los que tiran la piedra y esconden la mano.

Hablaba del señor Li. ¡Lo que me costó entender al jodío Rumor! - ¡Habla más claro, cooooñe! - El árbol de la calle me hizo ver que si seguía apretándole el gañote, poco información me daría. Finalmente fue la "profesional" Cotilla quien me puso al corriente. - El señor Li anda llorando por los rincones de su tienda y agarrándose a las farolas de la calle para no caer redondo al suelo debido al disgusto que lleva encima.

- Dice que le ha fallado su instinto mercantil: - ¡Mi tenel que sabel! ¡Pelo, no sabel y peldel negocio! - La Cotilla hizo un inciso: - ¿Te das cuenta, nena, como es bueno saber idiomas. Sin ir más lejos, el chino? - ¡Farolera! (le dije) - ¿A que no te lo cuento? - ¡Ja! Pues buena es ella para dejarse chafarderías en el tintero.

El señor Li ha perdido el negocio del año porque no le gusta el fútbol. Hoy jugaban las selecciones de Alemania y España. Todo el mundo sabe que Mallorca es el Land donde veranean los alemanes ¿y qué bebe ésta gente?... Cerveza. Esta tarde se daban todas las circunstancias: partido de eliminatoria; SED, alemanes desgañitándose; SED; calor; SED; nervios; SED...

El señor Li no cayó en esa "cuenta", pero sí los comerciantes alemanes que encargaron ¡¡¡6.000 LITROS DE CERVEZA!!! para que a sus compatriotas no les falte de ná ¡que no, que no! 

Una vez que dejé ir al Rumor tosiendo como un descosido, Pascualita  y yo nos hicimos la misma pregunta: - ¿Habrá wáter para tanto líquido? - El árbol de la calle opinó: - El Mediterráneo "crecerá" ésta tarde.

jueves, 4 de julio de 2024

Milagritos de la siesta.

Ultimamente, durante las siestas, sobrevuelo los campos de Francia vestida por los mejores modistos de aquel País, con telas naturales como son las alas de mariposa. Voy totalmente chic y disfruto de los paisajes que están bajo mis pies.

Vuelo con los ojos cerrados, no sé por qué. No debería hacerlo porque mientras los ciclistas entran en las metas esprintando como descosidos, yo acabo colgada de las torres de las catedrales. Ahí es cuando me despierto y, en lugar de los hermosos y coloridos vestidos con los que vuelo, la realidad me muestra que llevo puesto el delantal, en cuyo bolsillo suelo meter a Pascualita para que no se me despiste por casa mientras duermo.

Mi primer abuelito, que también mira el Tour de Francia, está satisfecho por cómo me sienta la ropa. - Estoy encantado de que, en la elegancia, hayas salido a mi y no a la hortera de tu abuela (me dijo mientras flotaba sobre la lámpara del comedor)

Se trataba de un hermoso piropo hacia mi y un dardo envenenado para la abuela y me sonrojé. Menos mal que nadie nos escuchó... aunque, al notar a Pascualita moverse dentro del bolsillo del delantal, no las tuve todas conmigo.

Como por arte de biribirloque, las COFRE aparecieron a mi lado montando guardia y arreando escobazos y "fregonazos" a cuanto bicho viviente se acercaba a mi, como la Cotilla sin ir más lejos: - Oye, nena, que no me muevo de ésta casAAAAAAAYYYYYYYYYYYYYY!!!


 

miércoles, 3 de julio de 2024

¿Por fin sola...?

Disfrutando, con una buena siesta, del Tour de Francia, dormía a pierna suelta cuando mi neurona me advirtió que ya les faltaba poco a los ciclistas para llegar a la meta. - Abrí un ojo a pesar de que no se dejaba: - ¡Abre el otro, coñe, que siempre me toca a mi! - Que cansado es tener cosas por duplicado, siempre hay discusiones.

De pronto escuché: - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! - Hombreeee, Cotillaaaaa, a usted quería ver. ¿No tiene bastante dinero que, encima, tiene que robar? - ¡Uep! ¡Que boca más sucia tienes! - Es la palabra que usó el señor Li cuando vino a por la escoba y la fregona. - ¿No se las habrás dado? ... ¿No? ¡Menos mal! Reconozco que estaban en la acera de su tienda... pero no cerca ¿eh?. Estaban abandonadas y me pidieron asilo ¿qué podía hacer yo ante ésta situación? ¡Llevármelas!

- Siempre está encontrando cosas ¡Que suerte tiene!. - Porque no hago como tú que andas por la calle más despistada que un pulpo en un solar. Yo me fijo en todo. 

Cuando iba a llamarla para comer la fabada de bote, entró en el comedor, cariacontecida: - He perdido el apetito... ¡snif!... La Administración me tiene en el punto de mira... ¡snif!... siendo, como soy, una pobre pensionista que no llega a fin de mes... ¡buaaaaa!...

- ¿Le quitan la Pensión? - ¡Eso, tú dale ideas! ... ¡snif!... Cerrarán los pisos de vacaciones, ilegales - ¡Que bien, Cotilla. ¡Por fin vivirá en su piso del 4º! ¡¡¡ALELUYAAA!!! 

Hasta Pascualita aplaudió.

martes, 2 de julio de 2024

Dichosa Cotilla.

El concierto de pitos de la calle anunció la visita de la abuela y el mal aparcamiento de su rolls royce en la parada del bus.

Entró en casa con las gafas de sol puestas y cara de guasa: - "Me han dicho que tienes la casa como los chorros del oro y no me gustaría que un relumbrón de las baldosas me dejara cegata" - Brillar sí que brillan. - "¿Es la ansiedad de darme un bisnieto antes de que se te pase el arroz, lo que te ha llevado a estar todo el santo día sacando lustre al suelo?"

Una voz sonó a mis espaldas: - ¡Yo quelel escoba y flegona que señola Cotilla lobal a mi!. - El señor Li, con los brazos en jarras, estaba ante la puerta abierta de casa que a Geoooorge se le olvidó cerrar. Luego, en dos zancadas se plantó en la cocina. Momento que proveché para meter a Pascualita, chorreando, en el bolsillo del delantal. - ¿Dónde estal escoba y flegona? (preguntó el señor Li a Geoooooge que se disponía a preparar una de sus famosas paellas con té) - ¿Sorry? 

Haciendo valer mi prerrogativa de dueña de la casa, me planté delante de la puerta de la despensa, dispuesta a defender mi castillo. - ¡Largo de aquí! Todo lo que hay en casa ¡ES MIO! - Flegona y escoba ¡NO!

Del interior de la despensa me llegaron unos sonidos apagados, como cuando alguien se esconde asustado. Entonces empujé al señor Li hasta la escalera. Sorprendido y apunto de caer al vacío, dijo viendo el delantal mojado: - ¿Tu dal a mi gamba golda? 

Preferí darle con la puerta en las narices. - ¡¡¡PAPAM!!!

lunes, 1 de julio de 2024

Las CO-FRE.

En casa se respira tensión. Yo trato de simplificar las cosas, no darles importancia pero que si quieres arroz, Catalina. Ellas son hacendosas, tiquismiquis, en fin, que tienen sus cositas y son, sobre todo, perfeccionistas.

Quieren tener la casa como una patena... ¿para qué? si cuanto más barren, más bolas de polvo corren por debajo de los muebles. Pero son puntillosas y han decidido acabar con dicha especie por siempre jamás. Y ahí están barriendo y fregando sin parar. Estoy por escribir al Gobierno para que les otorguen la Medalla del Trabajo.

De madrugada las escuche hablar: - Cuanto más arena quitamos, más hay. He llegado a pensar que ésta casa está embrujada. - Yo también lo he pensado y no vamos mal encaminadas ¿En que casa has visto tú que se muevan a su antojo los personajes de los cuadros? - ¿O las cristaleras? - ¡Hay que ver la de cosquillas que tienen ¡y que risas! - Tampoco es normal lo del primer abuelito ¿A qué no? - ¡Noooo! Que gloria da verlo tan elegante con sus hermosos sudarios carísimos. - ¿Y qué me dices de esa birria de medio pez que guardan en la pila del comedor? - ¡Quita, quita! ni me la nombres a la jodía Pascualita. Me da escalofríos esa antigualla.

Me estaba entrando el sueño y no me habían nombrado. Pepe el jibarizado dijo: - OOOOOOO.

- ¿Y la pazguata de la nena? - A esa hay que echarle de comer aparte. Mira que no servir ni para hacer un bisnieto a su abuela. Si es que no le llega ni a la suela de los zapatos jajajajajaja

Me enfadé y rumié una venganza. Visualicé el desierto egipcio y formulé mi pedido: - Querido Viento: manda más arena. Las CO-FRE te lo agradecerán. Graciassssss.